El finde pasado me fui a Madrid, el viernes por la terde me salté el colegio y cogí el tren (¡qué repelús! Yo en un tren y encima con una hora de retraso porque había una averia y nos quedamos parados en medio de la nada, muy poco lujoso).El sábado por la mañana de shopping, bueno más bien a mirar. Primero fui al H&M (típico), donde me sorprendí al ver un bolso de hombre por 129 euros (¿?), después fuimos a Manolo Blhanik (no me gustó) para preguntar hasta que talla hacían los zapatos: hasta la 41. No eran para mí (como en el post anterior que le he dado mil vueltas...) eran para mi madre que no encuentra de su talla.
Después fuímos a Miu Miu. ¡¡¡Qué guay!!! Yo creia que en esas tiendas no me iban a dejar pasar, pero sí, claro que no me paraban de vigilar. Zapatos, blusas de tacto orgásmico y bolsos eran un paraíso para mí, casi me tiro y me revuelco en todo, pero me controlé. Despues fuimos a la tienda de Jimmy que no está mal. Luego a Louis Vuitton, donde toqué todos los enseres con los que había soñado toda mi vida, baúles, bolsos y en una pequeña vitrina los dichoso taconcitos que fue lo único que no toqué. Y ya como plato final a Dior, dónde una vieja no paró de darme la tavara y preguntándome qué queria y yo muy digno le dije:
-El capricho del día- Mientras cogia algunas prendas y las tocba mientras soltaba unas caras de "va".
Pero ella seguía y seguía y le solté un bueno ya me pasaré. Dejándo bien claro que era una puta vieja que era un estorbo. Luego, me di cuanta de que mi futuro no se hiria a cumplir jamás. Soñaba en trabajar (temporalmente), en una tienda de estas donde me harían algún descuento que otro. Me dí cuenta que todos los dependientes eran superguapos, así lo único que consiguen es que nos distraigamos. Pero bueno...
Son las cuatro y media y aún no han llegado las entradas para el desfile ¡¡¡¡¡de Amaya!!!! Por primera vez voy a Cibeles ( Fashion week...). ¡¡¡Qué ilusión!!! Me han invitado a asistir a su desfile. Nada más llegar al recinto de Cibeles me quedo embobado con la aglomeración de tacones, parecía una reunión de adictas a los tacones anónimas (vaya pedrada) Llegamos, paso mi bolsita de YSL, que al final me llevé, sin puro como alguien me propuso en un comentario, por la supermáquina llegamos y pum no nos dejan pasar sin las entradas ni con el pase especial. Joder ahora no podré ver nada, paro sorpresa, me dejan pasar, llego yo solo a la sala no hay nadie solo están los que montan la pasarela, estaban colocando un montón de televisiones, veo a Amaya rondando por ahí. De repnte viene un señor con corbata y me dice que no puedo estar ahí, no tengo entrada así que si salgo no entro, entonces me escondí debajo de las gradas hasta que vi que la gente comenzó a entrar y me senté. Aparecieron famosillos y un séquito de fotografos que lanzaban flashes y flashes yo no se como aguantan, me senté detrás de ellos y me quedé atontado. Después comenzó todo, no sé si es porque fue mi primera vez o yo qué sé que me encantó. Me acordé mucho de las monjitas que en lugar de entrar en el mundo de la moda de manera "guay", vienen a tapar piernas. Amaya me parece una tía genial, estupenda y maravillosa, lo digo como diseñadora no a nivel personal ya que no tengo el placer de conocerla.
Sinceramente no me gusta nada Cibeles, pero oye si te regalan un café y un taco de revistas pues oye que sí. No conocí a nadie, ni ví a nadie especial, claro que alomejor si pero no la reconocí. El que me ha encnatdo ha sido Carlos Díez, como siempre uno de los que más me gusta y que me sigue sorprediendo.
